GIOCONDA BELLI, one of the foremost figures in Nicaraguan literature and politics, has chosen the Benson Collection as the home for her archive. Belli is the acclaimed author of nine novels, a memoir, two volumes of essays, nine poetry collections, and four children’s books. She has been the recipient of several major literary prizes over her decades-long career, including the prestigious Casa de las Américas Prize for poetry (1978) and the Reina Sofía Ibero-American Poetry Prize (2023). Known for her feminist writing and erotic poetry, Belli has a broad international following, with works translated into at least 20 languages. The English translation of her memoir, The Country under My Skin, was a finalist for a Los Angeles Times Book Prize.
As is true for many Nicaraguan writers, Belli’s life has been deeply intertwined with the political history of her country. She was among the leaders of the Sandinista National Liberation Front (FSLN) that defeated the Somoza regime in 1979, and worked in support of the Sandinista government until separating from the FSLN in 1993. As the Daniel Ortega–Rosario Murillo government resorted to violence and political persecution to cling to power, Belli grew increasingly vocal in her opposition to the regime. As a result, in February 2023, Belli, along with 93 of her fellow Nicaraguans, was stripped of her citizenship and declared a traitor to her country. She now finds herself living in exile for the second time.
In celebration of the acquisition of Belli’s archive, I am pleased to share this interview, in which she responds to my questions on a range of topics. An English translation is available here.
As a longtime admirer of her literary work and her activism, I am honored that Gioconda has entrusted the Benson with her collection. We look forward to engaging students and faculty with the archive, and to welcoming Nicaragua’s greatest living poet to Austin in the near future.
Melissa Guy
Director, Nettie Lee Benson Latin American Collection
Su obra literaria está considerada entre las más importantes de Nicaragua. Además, tiene un público internacional muy amplio. En su opinión, ¿qué tiene su trabajo que resuena con tantas audiencias?
Cuando empecé a escribir, en los años setenta, mi poesía fue considerada revolucionaria en la manera de abordar el cuerpo femenino. Pienso que escribir de la sexualidad, de la maternidad y de mi propio proceso de liberación de conceptos que situaban a la mujer en un plano subordinado, dotó a mis palabras de un poder que muchas mujeres reconocieron como suyo. Eso trascendió nacionalidades pues todas compartimos ese tipo de vivencias y también necesitábamos cambiar el discurso de la mujer como “objeto” sexual, al de la mujer dueña de su cuerpo y “sujeto” de su sexualidad.
El otro aspecto de la poesía y de las novelas que captó la atención de lectores y críticos fue el contexto social. Debido a mi propia experiencia de vida escribí sobre la mujer que participa en la lucha armada contra una dictadura, o sea un rol muy distinto al tradicional y también cargado de contradicciones sobre la identidad pasiva que era aceptable para el rol femenino.
Creo que también el ser poeta me ayudó a desarrollar una narrativa distinta. Me interesó mucho contar el mundo en las novelas desde una mirada de mujer, que incluyera la sensibilidad y la emotividad sin caer en la sensiblería que tanto se ha asociado con lo que se daba en llamar literatura “femenina”. Lo que más me sorprende cuando digo esto es que, a pesar del tiempo transcurrido y de los avances en la situación de la mujer, todavía el erotismo de la mujer y esas problemáticas del cuerpo femenino sigan siendo tan relevantes hoy como lo eran en los setenta. Lo mismo se puede decir de los temas que tienen que ver con la política y las relaciones sociales. Mi novela La mujer habitada, publicada en 1988, sigue siendo uno de mis libros más conocidos y vendidos.
¿De cuál de sus obras literarias se siente más orgullosa? ¿Por qué?
Me siento orgullosa de mi poesía cuando veo el eco que tiene entre quienes la leen. Dos novelas también me parece que han sido fundamentales para mi desarrollo como escritora. Una es La mujer habitada por la repercusión que sigue teniendo, y la otra es El infinito en la palma de la mano, porque es la novela donde logré conjugar la narrativa con la poesía, y abordar la figura de Eva para desafiar la concepción de la mujer como la “seductora” de Adán y culpable de la pérdida del Paraíso Terrenal. Desafiar el Génesis bíblico fue un reto creativo maravilloso.
Una vez más se encuentra exiliada de su amada Nicaragua. ¿Qué es lo que más quisiera que los lectores sepan sobre la situación actual de su país?
Es desolador que una revolución que costó tanto esfuerzo y vidas nicaragüenses haya involucionado hasta convertirse de nuevo en una dictadura similar a la que se derrocó en 1979. Daniel Ortega y Rosario Murillo pervirtieron los valores positivos de la revolución y exacerbaron sus tendencias más negativas: el autoritarismo y las restricciones a la libertad y a la democracia. El discurso de Ortega y Murillo ha conducido al país a la polarización y justificado la masacre de la rebelión popular de 2018 usando el pasado de los ochenta, inventando el argumento de un golpe de estado urdido y financiado por Estados Unidos y acusando a todo el que cuestione su poder de ser aliado del “imperialismo norteamericano”.
En los primeros meses de 2023, más de 300 nicaragüenses hemos sido despojados de nuestra nacionalidad ilegalmente, y a 94 de nosotros se nos despojó de todos nuestros bienes, se nos confiscaron nuestras casas y hasta nuestras pensiones de jubilación. La oposición al gobierno se ha convertido en un crimen que se castiga con cárcel, exilio y despojo. Más de 500,000 nicaragüenses han emigrado de Nicaragua en los últimos cinco años. La pobreza sigue siendo endémica y el país está cada día más aislado y sometido al silencio informativo y a un estado constante de terror e indefensión jurídica. No hay más ley que la que deciden la pareja gobernante. Es una tragedia muy dura para un país que ha sufrido tanto.
Respecto a su novela El infinito en la palma de la mano, una reinvención de la historia de Adán y Eva, usted escribe: “En mi novela, Eva no pierde el Paraíso, sino que decide conscientemente que vale más la vida en la tierra, con sus dolores y alegrías, que la vida perfecta y la inmortalidad.” ¿Cómo se relaciona este escenario filosófico —esta elección consciente— con su propia vida en términos generales y en relación con su exilio forzado de Nicaragua?
No soy religiosa y creo que tolerar las injusticias y ceder el propio destino a la idea de una voluntad “divina” hace que el ser humano pierda la decisión y el coraje para tomar las riendas de la propia vida. Ser activo y hacerse responsable de la realidad y protagonista de la propia historia tiene riesgos, pero pienso que es la manera más consecuente de practicar el humanismo y crecer como seres conscientes.
¿Por qué eligió depositar su archivo en la Colección Benson de la Universidad de Texas?
Sabía que la Colección Benson tiene el archivo más completo y rico sobre América Latina. Si en Nicaragua hubiesen existido condiciones para que mi archivo quedara en mi país, habría tomado esa opción, pero la inestabilidad política no me aseguraba que éste se conservara adecuadamente. En cambio, en la Benson sé que mis archivos estarán bien organizados, bien cuidados y sobre todo accesibles con libertad a quienes quieran consultarlos. Me interesaba además añadir a tan importante colección el trabajo de una escritora latinoamericana que, creo, marcó una diferencia en la escritura de las mujeres de la región.
¿Qué tipo de materiales encontrarán las y los estudiantes e investigadores en su archivo? ¿Y qué pistas nos dará este sobre su vida como escritora, su proceso creativo y quizás también sobre aspectos no literarios de su vida?
Los materiales de mi archivo muestran, a través de entrevistas, notas, recortes de periódicos, cartas y manuscritos originales, tanto el desarrollo de mi ideas políticas y filosóficas, como el desarrollo de mi carrera como escritora. Hay muchísimo material interesante, fotografías, artículos, papeles familiares, correspondencias con escritores como Harold Pinter, José Coronel Urtecho, Salman Rushdie. En fin, creo que es un material que será muy valioso tanto desde el punto de vista sociológico, como el literario.
¿Qué consejo les daría a las y los aspirantes a escritoras y escritores de grupos marginalizados?
Que no vean la marginalidad como una desventaja insuperable, que se preocupen por la calidad de su trabajo, que estudien, lean y tengan confianza que con trabajo, tesón y constancia será posible dejar su huella y aportar al conocimiento y desarrollo de las ideas de la humanidad como conjunto. Nadie es marginal si lo que vive y testimonia es parte de la condición humana. ✹