“Conociendo al personal” (Meet the staff) es una sección de entrevistas de Cultural Compass, en la que se destaca el trabajo, experiencia y vida de quienes trabajan en el Harry Ransom Center. Daniela Lozano ha sido archivista en el Ransom Center desde enero de 2012. Originaria de Edinburg, Texas, obtuvo su licenciatura en la Universidad de Rice en Houston, y su maestría en Ciencias de la Información en la Universidad de Texas en Austin. Inicialmente ingresó al Ransom Center como estudiante de posgrado, trabajando como voluntaria con el curador de la colección de cine Steve Wilson. Recientemente se dedicó a catalogar el archivo Gabriel García Márquez y, con la archivista en jefe Joan Sibley, completó una re-catalogación del proyecto archivístico de J. Frank Dobie.
¿Cómo supiste que querías ser archivista?
Había estado trabajando como diseñadora gráfica, y estaba bien, pero no era lo que quería seguir haciendo indefinidamente. Quería volver a las aulas, y siempre me interesaron las bibliotecas, y el llegar a ser bibliotecaria. Cuando leí los programas de la Universidad de Texas en Austin, me di cuenta de que tenía un estupendo programa archivístico, que me pareció muy atractivo. Me inscribí en la clase de Introducción a Archivos en mi primer semestre, y sencillamente me encantó.
Antes de ingresar a la Universidad me inscribí como voluntaria en el Austin History Center por breve tiempo, y luego, ya encarrilada en mis estudios, hice aquí en el Ransom Center un voluntariado, además de un proyecto de archivos en la Benson Latin American Collection. En el Austin History Center trabajé con el archivista de fotografía. Tienen muchísimo material, de lo más fascinante para aquellos que se interesan en la historia de Austin y en la historia de los edificios de esta ciudad.
¿Cuál dirías que es la mejor parte de tu trabajo? ¿Qué es lo que más te entusiasma?
Me encanta el que sea tan palpable. Me paso la mayor parte del día inspeccionando materiales verdaderamente interesantes, y no sentada frente a la computadora todo el día. Como archivista llego a conocer mucho de las personas en cuyos materiales trabajo, y me familiarizo con sus vidas. Definitivamente aprendo mucho en este trabajo. También me dedico a organizar objetos – sé que suena un poco nerd! Pero me gusta pensar que lo hacemos para que los materiales tengan la mayor durabilidad posible, y claro, ponerlos a disposición del público para que los vea y use.
Cuéntame cómo te sentiste trabajando en el archivo de Gabriel García Márquez. ¿Qué es lo que más te emociona de estar compartiendo esta colección?
Ya que el material está escrito principalmente en español, necesitábamos a alguien que conociera el idioma con fluidez, ¡y resulté tener esa suerte! Ha sido muy emocionante, y he aprendido mucho de García Márquez y sus obras.
Al principio no guardó muchos borradores, así que no existe mucho material de sus primeras obras, aunque tenemos dos manuscritos de Cien años de soledad y algunos borradores de obras anteriores. Pero de obras posteriores –cuando empezó a usar la computadora- sí hay muchos borradores. Fue increíble el tener la oportunidad de ver un poco de su proceso creativo. Era un perfeccionista, y continuamente intercambiaba palabras de aquí y de allá hasta que encontraba la palabra que cumplía con sus estándares. Uno de los elementos más fascinantes de la colección son los borradores de obras sin publicar, que no muchas personas han visto. Otro gran componente son sus álbumes de fotografías. Más de 40 álbumes llegaron como parte de la colección, ha sido muy divertido organizar ver las fotografías, en algunas aparece con amistades, en otras con familiares y/o personalidades como Fidel Castro. Los álbumes parecen recorrer todos los aspectos de su vida, desde que estaba muy joven hasta ya entrado en años.
También hay mucho material de correspondencia. ¡Recibía tantas cartas de admiradores! Gran parte de la correspondencia proviene de personas diciéndole cuánto lo querían y pidiéndole autógrafos. Me topé con una carta de un padre diciéndole que le había puesto su nombre a su hijo. El apellido de este padre era inusual, así que pensé “wow, esa persona tiene más o menos mi edad, a lo mejor lo encuentro en Facebook”. No lo encontré en Facebook, pero sí di con una persona que vendía en subasta la carta de respuesta de García Márquez. ¡O sea que a veces sí respondía a sus admiradores!
¿Tienes algunas fotografías favoritas de las colecciones del Ransom Center?
Uno de mis proyectos iniciales fue trabajar en la colección de la fotógrafa Anne Noggle. Fue una Mujer Piloto de la Fuerza Aérea (Women´s Airforce Service Pilot – WASP) que también practicó la acrobacia aérea. Terminó padeciendo enfisema pulmonar y, no pudo volver a volar y fue dada de baja. Entonces se dedicó a la fotografía y fue curadora del Museum of Fine Arts en Nuevo México (actualmente es el New Mexico Museum of Art). Tenía ya más de cuarenta años cuando volvió a estudiar para obtener su maestría en fotografía. Su colección es maravillosa porque tenemos todas sus fotografías, todos sus negativos, inclusive algunas de sus cámaras; tenemos también material relacionado con su carrera en aviación, incluyendo su uniforme del WASP y sus gafas de protección.
Para ti ¿qué hace del Ransom Center un lugar especial? ¿Qué es lo que más te gusta?
Las colecciones son la razón por la cual muchos disfrutan el trabajar aquí. ¿Dónde más podría yo ver las cartas, los manuscritos, y los objetos personales de Gabriel García Márquez? Definitivamente es la razódisfruto trabajar aquí. Aprendo tanto. Antes no sabía quién había sido Noggle, ni gran cosa sobre J. Frank Dobie, salvo que el edificio de junto llevaba su nombre, pero ahora sé mucho de ellos. Simplemente el aprendizaje de cada día, el poder trabajar con materiales tan fuera de lo común, es muy especial.
¿Hay algo sobre tu trabajo de archivista que pudiera sorprender a otras personas?
Creo que sería el tipo de materiales que pueden algunas veces aparecen. En ocasiones he encontrado cabello. Algunas personas guardan su cabello, o el de una persona amada, y siempre es un poco sorprendente encontrarse un sobre lleno de cabello. Hasta el momento me ha ocurrido dos veces. Creo que la gente se sorprendería de lo variadas y heterogéneas que pueden ser las colecciones que tenemos aquí. Muchos creen que son sólo libros y papeles, pero hay mucho más que eso.
¿Le hablas constantemente a tus amigos de tu trabajo?
Sí, todo mundo está interesado en saber qué colección estoy trabajando
y con qué me encuentro. Tengo una amiga que me pregunta con frecuencia si podría haber un “Día de traer a un amigo a tu trabajo”! Ella quiere venir y verlo todo.
¿Qué te gusta hacer en Austin?
Me gusta asistir a conciertos, ir al cine, concurrir a festivales. Me gusta mucho ir al cine en el Alamo Drafthouse. Es uno de mis lugares favoritos y una las cosas que más me gustan de Austin. También me gusta reunirme con amigos, y sacar a mi perro a pasear. Barton Springs es un lugar muy popular, y creo que todo el que viene a Austin debe visitarlo por lo menos una vez. Y el Museo Blanton tiene exposiciones muy buenas, yo recomendaría a todos que lo visitaran.