César A. Salgado es profesor en el Departamento de Español y Portugués y consejero de estudiantes de nivel graduado en el programa de Literatura Comparada de la Universidad de Texas en Austin.
Será co-moderador,con Naomi Lindstrom del panel “Gabo Global” (“Global Gabo”) este jueves, Oct. 29, en el simposio Gabriel García Márquez: Vida y Legado. Actualmente, el profesor Salgado enseña seminarios sobre la literatura y cultura del barroco y el neobarroco americano, el grupo cubano “Orígenes” (y la revista del mismo nombre), la política de la archivología caribeña y teoría literaria contemporánea. Sus investigaciones abarcan la poesía y la literatura tanto colonial como poscolonial, además de estudios comparados poscoloniales. Es editor de From Modernism to Neobaroque: Joyce and Lezama Lima, y co-editor de Latino and Latina Writers, A Reference Encyclopedia. Es autor de artículos que han sido publicados en Revista Iberoamericana, Cuadernos americanos, Inti, Apuntes posmodernos, Revista Encuentro de la Cultura Cubana, Actual, Critica, Journal of American Folklore, La Torre, y The New Centennial Review. Actualmente, el profesor Salgado está escribiendo un libro titulado “Caribbean Counterfeits: Essays in Critical Archivology.
¿Por qué cree que la obra de García Márquez tiene resonancia con un público internacional?
La historia turbulenta e inmemorial de Macondo—el pueblo ficticio de las novelas de García Márquez—es la historia del mundo del subdesarrollo trabado entre la fiel tradición y la modernización desbocada, los antiguos sistemas de creencias y las deslumbrantes invenciones modernas, las luchas locales por el poder y los intereses de foráneos imperios. Si bien sus libros han sido fenómenos de venta en Europa y los Estados Unidos, yo diría que la obra de García Márquez ha sido aún mejor apreciada por lectores neófitos de la India, África, el Medio Oriente, el Caribe y, por supuesto, la América Latina, regiones que han padecido una larga historia de colonialismo y dependencia y cuyos accidentados caminos al “progreso” y los saberes occidentales se caracterizan por los feroces excesos, contradicciones e ironías que constituyen su ficción.
¿Cuáles son algunos escritores contemporáneos que muestran elementos del estilo literario de García Márquez?
Los autores más notables en América Latina hoy muestran pocos rasgos del realismo mágico, el estilo que distinguió la obra de García Márquez en la cumbre de su popularidad. Si bien escritoras como Isabel Allende lograron darle un fascinante giro feminista al realismo mágico, nuevas tendencias han surgido desde los años del “boom”: la ficción de la América Latina ya no es sinónima con el mito o la magia. Tenemos hoy el realismo sucio de Pedro Juan Gutiérrez y Zoé Valdés de la Cuba pos-soviética; el agresivo cosmopolitanismo del chileno Alberto Fuguet y el mexicano Jorge Volpi del grupo McOndo y el Crack, muy atentos al cine y la cultura de masas; y la renovación de la novela negra por Ricardo Piglia (Argentina), Roberto Bolaño (Chile) y Leonardo Padura (Cuba). Todos, sin embargo, muestran la marca de García Márquez de una manera u otra puesto que el legado de éste va más allá del realismo mágico. Nuestro autor también desarrolló un realismo cruento en su periodismo para narrar los secuestros llevados a cabo por los carteles colombianos, desplegó un conocimiento profundo del cine en sus abundantes reseñas y guiones y rediseñó la ficción criminal en novelas como La mala hora y Crónica de una muerte anunciada.
¿Existe algún escritor hoy que podría llegar a tener influencia parecida con la de García Márquez?
No creo que un escritor de hoy pueda o deba aspirar a alcanzar a la popularidad y la influencia del Gabo. Debe dejarse inspirar por su visión, su disciplina y su persistencia, no por la magnitud de su éxito. Pasarán siglos para que una obra maestra emblemática de la envergadura del Quijote o Cien años de soledad vuelva a aflorar.
Explica su interés en participar en este simposio.
He leído a García Márquez desde que tengo memoria. Fui seguidor de su trabajo durante mi juventud en Puerto Rico. Recuerdo bien la enorme cresta de asombro y reconocimiento que me arrastró tras leer Eréndira, Un señor muy viejo con unas alas enormes y muchos otros de sus exquisitos y tan bien calibrados relatos por primera vez. Eran fábulas que confrontaban las contradicciones de la modernidad en países como el mío, y me evocaban historias y experiencias contadas en mi propia familia. Mi encuentro con Cien años de soledad me motivó a especializarme en el estudio de la literatura latinoamericana. De muchas maneras, ese libró decidió mi carrera académica.