Gabriela Polit es profesora en el Departamento de Español y Portugués de la Universidad de Texas en Austin. Polit será la moderadora del panel “Gabo el Cuentista,” este jueves, Oct. 29, en el simposio Gabriel García Márquez: Vida y Legado.
Actualmente, sus investigaciones tienen como foco el trabajo muchas veces peligroso de periodistas que escriben sobre los problemas más urgentes de la América Latina. Con su trabajo, ella pretende explorar la experiencia afectiva del acto de escribir, y le interesa analizar la manera en que reporteros y periodistas escuchan una historia y cómo consiguen mostrar respeto a sus sujetos a través de la narrativa. Anteriormente, ha escrito sobre las representaciones de la violencia en el conflicto armado, sobre la agitación política y los negocios ilegales.
Sus libros incluyen Narrating Narcos: Stories from Culiacán and Medellín; Cosas de hombres: Escritores y caudillos en la literatura latinoamericana del siglo XX, Meanings of Violence in Latin America (with María Helena Rueda), and Crítica literaria ecuatoriana: Hacia un nuevo siglo (ed). Ha publicado artículos en Hispanic Review, Journal of Latin American Cultural Studies, Latin American Review, Revista de Estudios Hispánicos, Revista Canadiense de Estudios Hispánicos y Letras Femeninas.
¿Por qué piensa que García Márquez triunfó como un contador de historias?
Recientemente estuve en un evento en el que conocí a algunos amigos cercanos de García Márquez. Todos hablaron de su rígida disciplina con las horas de escritura, de su obsesión por entender los laberintos del amor para transformar esa sabiduría en historias y hablaron de su profunda generosidad. No puedo decir que estas cualidades hagan un buen escritor, no hay una fórmula para ello, de lo contrario, todos nos convertiríamos en escritores. Pero yo diría que en su caso, la mágica combinación del tesón por el trabajo, la sensibilidad y la humildad, hicieron de él el escritor que fue. Podría hablar también de lo que el mismo García Márquez decía y que muchos de sus críticos repiten, ayudó la niñez transcurrida junto a mujeres fuertes que siempre contaban historias que alimentaban su imaginación, y de la musicalidad en el lenguaje que le debe mucho a la región donde creció.
Pero también añadiría algo de los tiempos que corrían. Su trabajo se hace visible durante los terribles años de la Guerra Fría, cuando estados represivos y dictaduras gobernaban el continente que se había convertido en el campo de guerra de los dos súper poderes del mundo, los Estados Unidos y la Unión Soviética. Por razones poco afortunadas, las noticias sobre América Latina aparecían todos los días en la prensa. Gente de todo el globo tenía que mirar el mapa para saber dónde estaban ocurriendo los terribles eventos que se reportaban. Esa visibilidad ayudó. Entonces un grupo de escritores de América Latina que vivían en Europa (algunos incluso en exilio) conocieron una mujer magnífica que cambió las reglas del juego en el mundo editorial. Ella peleó por los derechos de los escritores, los ayudó a que pudieran vivir de sus libros, algo que hasta ese momento era muy raro entre los escritores hispanoparlantes. Todos le debemos a Carmen Balcells, editora de García Márquez, buena parte de las historias de las que ahora disfrutamos. Balcells dio tiempo a los escritores del boom. La parte que podemos explicar de la grandeza de García Márquez es la combinación de estos elementos. Hay otra en la grandeza de los artistas que es inexplicable.
¿Por qué piensa que el trabajo de García Márquez tiene acogida en una audiencia internacional?
Cuando hablamos de la literatura universal, con todas las limitaciones que implica ese concepto, generalmente nos referimos a historias que tocan elementos fundamentales de nuestra condición humana, y no importa si esa historia tiene lugar en la Guajira colombiana, si sus personajes son del Mississippi rural, o si la escritora es una monja que vive en un claustro en México en el siglo XVII. Los escritores que son considerados inmortales son aquellos que expresan con belleza los elementos más frágiles de nuestra mortalidad. Puedo pensar en la dignidad del Coronel, en El coronel no tiene quien le escriba, o el amor secreto de Ángela Vicario por Bayardo San Román, en Crónica de una muerte anunciada, o incluso el dedo sangrante de Nena Daconte en la historia “El rastro de tu sangre en la nieve” de Doce cuentos peregrinos. Elementos que hacen a estos personajes grandes, porque muestran la belleza humana de sus vulnerabilidades.
¿Qué hace a un autor un buen contador de historias?
Podría contestar esta pregunta de dos maneras. Podría decir que un buen contador de historias es alguien que sabe trabajar el tiempo en su narrativa, que tiene una buena técnica, que crea realidades con las palabras como si éstas fueran notas musicales y un sinnúmero de cosas parecidas. O podría tener un acercamiento un poco más personal y decir que mis autores favoritos parecen estar distraídos de la realidad, mirando y sintiendo lo que no es obvio para el resto de nosotros, están conectados al mundo y a las personas de una manera diferente. Esto puede sonar a una descripción romántica del genio de una autora o un autor, pero en realidad creo que esas personas no están del todo cómodas con el mundo, no importa su origen, su etnicidad, ni sus ideales políticos. Ven la realidad con una mirada oblicua. Las historias narradas desde esos ángulos, son las que disfruto mucho más.
¿Cuál es tu interés en participar en este simposio?
El simposio es una celebración del trabajo de García Márquez, y un acto de bienvenida por la llegada de su archivo a nuestra institución. Yo quiero que este evento sea el inicio de nuevas iniciativas, quiero que el simposio sea también una provocación. He venido diciendo desde que me enteré de que estos papeles venían al Ransom Center que es una oportunidad de hacer de este archivo algo vibrante y vivo. No me refiero únicamente a la enseñanza de la obra de García Márquez a nuevas generaciones de estudiantes y al placer de disfrutar esta obra, me refiero a que hay que provocarles esa lectura. Eso significa que debemos ser creativos, inventar cosas que hagan que los más jóvenes quieran ser parte de algo divertido. Estoy segura que el Ransom Center y LLILAS Benson van a colaborar organizando eventos que en el futuro puedan atraer estudiantes y gente de la comunidad, podemos pensar en proyectos que hagan que este archivo sea algo vivo y asequible más allá de los confines de nuestra institución. Me gusta la idea de celebrar la llegada de García Márquez a nuestro campus, pero me gusta más la idea de lo que este archivo puede inspirar en el futuro.